El nombre de literatura
moderna no se suele aplicar a la literatura de la edad moderna, sino a nuestra
literatura contemporánea. En cambio, las etiquetas utilizadas para designar las
dos grandes transformaciones culturales de la Edad Moderna en Europa: el
Renacimiento de los siglos XV y XVI y la Ilustración del siglo XVIII, se
aplican extensivamente para la literatura. Igualmente, algunas de las etiquetas
acuñadas originariamente para los estilos artísticos, de forma destacada el
barroco para el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII, y el
neoclasicismo, identificado con la Ilustración (o más bien con la segunda mitad
del siglo XVIII); también se han extendido a la producción literaria. Menos
fortuna han tenido otras, como el manierismo, que cubre la segunda mitad del
siglo XVI y el comienzo del siglo XVII (y que implicaría incluir en él autores
de la talla de Cervantes o Shakespeare); o el rococó, que cubre la primera
mitad del siglo XVIII.
Literatura renacentista
La
renovación general en el conocimiento que comenzó en Europa tras el
descubrimiento del mundo nuevo en 1492 trajo consigo una nueva concepción de la
ciencia y la investigación y formas distintas de hacer arte.
Surgió
por entonces una forma literaria que luego desembocaría en la novela, que cobró
renombre en los siglos posteriores. Una de las más conocidas de esta primera
época es la Utopía de Tomás Moro.
Las
obras dramáticas de entretenimiento (opuestas al propósito moralizante)
volvieron al escenario. William Shakespeare es el dramaturgo más notable, pero
hubo muchos más, como Christopher Marlowe, Molière, y Ben Jonson.
Del
siglo XVI al XVIII los ejecutantes de la Commedia dell'arte improvisaban en las
calles de Italia y de Francia, pero algunas de las obras fueron escritas. Tanto
las obras improvisadas como las escritas con base en un esquema tuvieron
influencia sobre la literatura de la época, particularmente sobre el trabajo de
Molière. Shakespeare y Roberto Armin, que retomaron los bufones y jugadores
para crear nuevas comedias. Todos los papeles, incluso los femeninos, eran
representados por hombres, eso cambiaría primero en Francia y luego en
Inglaterra también, hacia fines del siglo XVII.
La
primera parte del poema épico isabelino La reina de las hadas de Edmund Spenser
fue publicada en 1590, y completo en 1597. Esta obra marcó una transición en la
cual la «novedad» entra en la narrativa, en el sentido de vuelcos argumentales.
Las formas de teatro conocidas en el tiempo de Spencer se incorporan en el
poema de forma no tradicional y le dan vuelta a la propaganda política al
servicio de la reina Elizabeth I.
Don
Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes ha sido llamado «la primera novela»
(o la primera de las novelas europeas modernas). Fue publicada en dos partes,
la primera en 1605 y la segunda en 1615. Puede ser vista como una parodia de
las novelas caballerescas, en la cual la diversión proviene de una nueva forma
de tratar las leyendas heroicas populares.
Literatura barroca
A
diferencia del Renacimiento, el Barroco se caracteriza por la idea del
desengaño y por el pesimismo. Las temáticas frecuentes en esta literatura son
la vida como lucha, sueño o mentira y la fugacidad de los hechos humanos,
plasmadas en un estilo suntuoso y recargado. La literatura barroca hace uso
desmedido de la adjetivación, el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, la
perífrasis, la antítesis y las alusiones mitológicas.
La
literatura barroca tuvo diferentes maneras de manifestarse, el Eufuismo de los
poetas ingleses, el Preciosismo en Francia, el Marinismo en Italia, la Primera
y Segunda escuela de Silesia en Alemania y Conceptismo y Culteranismo en
España.
Entre
los escritores barrocos están, en español Luis de Góngora, Francisco de Quevedo
y Villegas, Sor Juana, Bernardo de Balbuena; en catalán Francesc Fontanella,
Francesc Vicenç Garcia, Josep Romaguera; en portugués António Vieira, Gregório
de Matos, Francisco Rodrigues Lobo; en inglés los poetas metafísicos: John
Donne, George Herbert, Andrew Marvell, Henry Vaughan y en alemán Andreas
Gryphius y Angelus Silesius.
Literatura dieciochesca, ilustrada o neoclásica
Puede
darse como periodo de la literatura «ilustrada» los años que van de 1689, en
que se publica el Ensayo sobre el entendimiento humano de John Locke y 1785, en
que se publican Las desventuras del joven Werther de Goethe. En ese lapso nace
en Francia un gran esfuerzo intelectual: L'Encyclopédie.
Además,
se publicaron por entonces Emilio de Rousseau; Cándido de Voltaire; Los viajes
de Gulliver de Jonathan Swift; Cartas Persas de Montesquieu; y Cartas marruecas
de José Cadalso.
Las
obras literarias fueron de diversos tipos: colectivas, civiles y morales,
didácticas, etc., pero en general tuvieron los siguientes rasgos:
·
Predominio de la razón
sobre la emoción y la imaginación
·
El laicismo
·
La promoción de la
tolerancia, la igualdad y la libertad
·
El cuestionamiento del
poder político.
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